Los que llegan a un lugar quieren establecerse allí, tener un hogar, quieren una casa para vivir. Los albergues y las casas de acogida son legales, necesarios, pero son provisionales, temporales.
La idea es que la gente se quede en estos albergues solo por un tiempo, pero luego encuentren un lugar donde vivir y llamarlo suyo aunque sea de alquiler, en cuanto puedan permitírselo.
Un buen consejo es preguntar a la gente del hogar de acogida cómo se hace esto.
Otra opción es preguntar a otros extranjeros que ya han logrado instalarse en casas, cuál es la forma más segura de hacerlo y cómo conseguir una casa a un precio asequible y que esté en una buena y segura ubicación.
Un consejo: cuidado con los desconocidos que se acercan haciéndose pasar por amigos, pero que podrían ser aventureros que ofrecen facilidades, pidiendo dinero por adelantado para hacer de intermediarios.
Esos tienden a desaparecer con el dinero y no resuelven su problema. En caso de que quieras alquilar algo concreto, también puedes buscar una empresa llamada “inmobiliaria”, ya que cuentan con agentes inmobiliarios acreditados (registrados en el CRECI).
Otra opción es que si ves un cartel de "se alquila" y te gusta el lugar, anote el número de teléfono y pídale a alguien que llame directamente al número de teléfono que figura allí, que puede ser el del propietario.
En Brasil, el pago de compras o alquileres solo debe realizarse después de que el contrato haya sido firmado y autenticado (en una notaría o digitalmente) o cuando se entreguen los bienes. Nunca se recomienda pagar antes para recibir después.
Después de alquilar tu casa, no necesitas pagar a un intermediario para que registre la factura del agua y de la electricidad a tu nombre.
Lo único que tienes que hacer es coger tu contrato de arrendamiento del inmueble y tus documentos personales e ir a cualquiera de las Casas da Cidadania y allí buscar las oficinas de CAGEPA (agua) y ENERGISA (electricidad).